lunes, 29 de octubre de 2012

sábado, 27 de octubre de 2012

jueves, 25 de octubre de 2012

¡VISITA OBLIGADA!


Homenaje al Regimiento Asturias en la sala de exposiciones de la Antigua Rula, junto al puerto deportivo, en Gijón. En horario de lunes a domingo de 11 a 14h. y de 16:30 a 20:30h. La exposición permanecerá hasta febrero del año que viene.


miércoles, 17 de octubre de 2012

domingo, 14 de octubre de 2012

DÍA DE LA HISPANIDAD

A continuación, reproducimos el texto que se leyó por parte de Asturies Non Conforme en la conmemoración del Día de la Hispanidad en la localidad asturiana de Pravia.


"""Dijo Juan Montalvo en una ocasión: “¡España, España! Cuanto de puro hay en nuestra sangre, de noble en nuestro corazón, de claro en nuestro entendimiento, de ti lo tenemos, a ti te lo debemos”.

Y Juan Montalvo no era castellano, ni catalán, ni vasco, ni asturiano… ni tan siquiera había nacido en nuestro suelo, crecido en nuestros pueblos, ni muerto en nuestra tierra. Juan Montalvo es uno de tantos que sienten la esencia de España como propia; que la consideran su madre patria. Así lo siente y define.

Su terruño natal se encuentra a miles de kilómetros, pues sus padres –de español linaje- marcharon allende los mares en busca de un futuro emprendedor, a esa tierra donde, tal día como hoy, hace exactamente 520 años, fuera pisada con gloria por nuestros antepasados. Donde existen Garcías y Franciscos y se escucha nuestra cadenciosa lengua. Donde La Española, Puerto Rico y Florida fueron bautizadas por españoles, donde nuestra evangelizadora huella quedó marcada para siempre; donde con la mejor voluntad y deseo muchos arriesgaron su vida, otros muchos la perdieron, por ofrecer a aquellas gentes una situación más favorable, una oportunidad de vida cívica y adecuada. Porque es verdad que en el Nuevo Mundo se cometieron abusos e injusticias, pero también es cierto que se crearon las leyes coloniales más estrictas: prohibiéndose la esclavitud, proclamándose la libertad de los indios y castigando a los abusadores entre otras cosas. La misma reina, Doña Isabel I de Castilla, La Católica, exigió que fuesen castigados ejemplarmente aquellos que maltrataran a los oriundos. Y así fue que muchos pagaron con su propia vida. Nadie puede desmentirlo ni negarlo, las crónicas lo atestiguan.

El amor profesado a nuestra patria es, en ocasiones, más sincero y sentido por parte del, llamémosle, “español no directo” (refiriéndome a aquellos que no han sido engendrados en nuestra Cuna) que del propio; “el de casa”. Aquel que debería mostrar una gratitud infinita por haber tenido la fortuna de ser español, con todas las consecuencias. Porque ser español no es sólo una denominación o un gentilicio; ser español es el lauro más grande, el título más importante, la mayor grandeza heredada, el sentir más sincero y profundo, la pasión más extraordinaria.

Los españoles, si bien no todos y a la vista está, tenemos por costumbre mirar hacia otro lado –en el mejor de los casos- o maldecir, avergonzarnos y lanzar aseveraciones con total infundio y desconocimiento, cuando hablar de nuestra obra y empresa se refiere. Como aquel pérfido hijo que maltrata a un padre o una madre. Parece ser que la tónica general es, y tiene que seguir siendo sin aparente remedio, todo lo contrario a sentir amor y orgullo por lo que en un tiempo se nos conoció en todo el planeta como la más grande nación de las habidas.

Del altivo, fiel y bravucón español viejo, hemos sufrido una absurda metamorfosis dando como nefasto resultado un ser embriagado de pasotismo, insipidez y bajeza sin límites. Lo que en otros países es un sentimiento innato y fuertemente arraigado en cada individuo y nadie se escandaliza, evidentemente, en esta denostada tierra el premio del noble comprende insultos y falacias; cuando no agresiones. Y aquí paz y después gloria.

No esperemos el apoyo de instituciones, organismos y demás entes superiores –en lo material puesto que lo espiritual les queda bien lejos-, bastémonos con nuestra Idea, nuestra Creencia y nuestra Convicción de seguir el camino que creemos correcto. Y esto es lo que cada día nos anima a levantarnos; aquello que nos mantiene vivos. Tengo el convencimiento de que las personas –aunque no todas- tienen una misión a lo largo de su existencia. Y sin ese cometido, esa dedicación y el querer formar parte viva de la Historia, la vida está vacía. No podemos limitarnos a nacer, crecer, reproducirnos y morir; es algo demasiado materialista, alienador y anulador de libertades; concisa definición del comunismo. Debemos complementar esas cuatro acciones anteriores con algo por lo que se nos recuerde cuando ya no estemos aquí. Cualquiera que sea ese papel que adoptemos, debe ser en honra y pro a la patria, porque la nación lo es todo y todo es la nación.

Y es que España nos duele… nos duele mucho. Es un martirio que sentimos como parte intrínseca de nuestra vida, su sangre es la que recorre nuestros adentros y su alma, la que cobija nuestra identidad y razón de ser, es la otra mitad de la nuestra.

Y es ella quien nos cuida y protege; quien nos educa y convierte en hombres y mujeres colmados de los valores que concibieron nuestros ancestros, esos que siempre distinguieron y caracterizaron al pueblo español. La que nos regaló su habla, letras y poesías. La que nos legó un valor y coraje inimaginables. Aquella que con sólo pronunciar su nombre hacía estremecer los corazones de propios y extraños.

Quiero que España vuelva a tener nombre en el mundo, que se nos respete, que se nos valore en base a la olvidada objetividad. Que se nos conozca por nuestra heroica gesta y magna temeridad. Que las leyendas negras vertidas en torno a nuestra Madre se desmientan, se traten con imparcialidad, fieles a la realidad, sin influencia de odios, envidias o rencores. Tuvimos nuestros errores, sí, pero muchos aciertos también y sean éstos los que se tengan en cuenta.

En un tiempo donde existieron pueblos dominantes y sometidos, por suerte y no por desgracia, fuimos del primer género. Porque en el devenir de los siglos nos negamos a ser esclavos y supimos morir cuando fue necesario. El miedo nunca marchaba junto a nosotros mas la muerte siempre nos esperaba.

Finalizo con una frase de Ramiro de Maeztu en su obra “Defensa de la Hispanidad”: (Referido a la patria) “Somos nosotros, y no ella, los que hemos de vivir en centinela; nos hemos de anticipar a los peligros que la acechan, sentir por ella la angustia cósmica, con que todos los seres vivos se defienden de la muerte, velar por su honra y buena fama, y reparar, si fuese necesario, los descuidos de otras generaciones”."""

¡¡¡VIVA LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS Y LAS TIERRAS DE ESPAÑA!!! 
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!

ACTO 12 DE OCTUBRE EN PRAVIA

lunes, 8 de octubre de 2012