Por muy extraño que parezca, más aún en estos tiempos carentes de principios y valores, somos un puñado de hombres y mujeres los que nos damos cita hoy 8 de Septiembre, Día de Asturias. De Nuestra Señora de Covadonga. De nuestra Santina.
Y no nos encontramos en esta plaza por pura casualidad. A los pies del rey Pelayo parece que las palabras fluyen con más energía y entusiasmo. Y es que su espíritu permanece muy presente desafiando el paso del tiempo y reforzando nuestra idea.
Erigido en bronce con la Cruz de la Victoria en su mano, el primer rey de España es, sin temor a equivocarnos, un personaje crucial en la dilatada historia patria. Por tal relevancia y por marcar un antes y un después en el sucesivo devenir de los acontecimientos que engendraron nuestra tierra, por su peso histórico y cultural, hemos elegido esta ubicación.
Junto a otro puñado de valientes, desafió al arrogante poder del invasor de Occidente demostrándonos que con orgullo, tesón y convicción es posible hacer frente a cualquier adversidad.
No es difícil darse cuenta de la aciaga situación actual; tampoco a nadie le sorprende la facilidad con que se puede derrotar a un mundo sin ilusiones. Diariamente se suceden acontecimientos que lejos de engrandecer a los hombres, los debilitan y humillan. Los oscuros intereses que han decidido esta situación piensan que han ganado la batalla; que nos han vencido. Nada más lejos de la realidad porque en frente tienen a hombres y mujeres libres. Lo saben de sobra y sólo esperan el momento en que bajemos la guardia para golpearnos, una vez más, con toda su furia. Pero los golpes endurecen y eso también lo saben.
Y llegará el día que aquel en quien hoy nos inspiramos sea considerado el peor de todos los males; ejemplos de ello nos sobran. Sus actos serán silenciados y su nombre insultado. Entonces será cuando nuestras voces griten más alto y nuestros brazos luchen con más fuerza que nunca. Porque cuando hay un presente decadente y un futuro tan incierto, pese a quien le pese, nosotros estaremos en frente. Sea cual sea nuestro destino.
Quisiera aprovechar este momento para decir a todo aquel enemigo de la razón y a aquellos que buscan violencia en nuestras frases que tan orgullosos estamos de ser asturianos como españoles; porque Asturias necesita a España para existir y si a España le falta Asturias no existe.
¡PUXA ASTURIES! ¡ARRIBA ESPAÑA!
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