Arrancando los aplausos de los allí presentes y tras corear varios lemas contra la banca, la usura y la casta política, dimos por finalizado el acto, reinando en todo momento la cordialidad y comprensión de los vecinos mierenses.
Decimos bien alto que pese a los intentos de ciertos colectivos, autoproclamados democráticos y tolerantes, y sus intentos de criminalizarnos, amedrentarnos, difamarnos y amenazarnos, aseguramos con total firmeza y sin bajar la vista, que vamos a estar ahí siempre, en la calle, donde nos corresponde, luchando por lo que es nuestro por imperativo moral y por convicción. Tenemos el mismo derecho que cualquier ciudadano para expresar nuestras ideas y opiniones. Vuestros intentos de monopolizar la protesta y la rebelión social son en vano. Nosotros despertamos conciencias y corazones; vosotros enfrentamiento y violencia.
Texto primero.
"Amigas y amigos, camaradas todos. Hoy estamos aquí, firmes y
decididos, en pleno corazón obrero de este viejo reino asturiano, a manifestar
nuestra preocupación ante la creciente esclavitud del proletariado a manos del
Gran Capital: De ese conjunto de instituciones y entramados normativos que
condenan al pueblo a la más triste de las humillaciones: la explotación laboral
y el paro.
A pocos metros de aquí, la Confederación Nacional de
Trabajadores, sindicato originalmente receptivo a las ideas nacionalistas-revolucionarias
de Ramiro Ledesma, pero posteriormente envenenado por el odio marxista, lanza
proclamas de odio y crispación hacia nosotros, en vez de unir sus voces ante la
difícil situación de las familias más desfavorecidas; la izquierda siempre queriendo
acaparar, parasitar y hacer suyas las reivindicaciones sociales; temiendo que
desbanquemos su monopolio. Pero señores, si sienten recelo, si nos odian, es
señal de que lo estamos haciendo bien.
Pero hoy no estamos aquí para hablar de esos parias acomplejados,
amigos del opio y enemigos de la higiene. Estamos aquí para señalar, poner cara
y denunciar a los enemigos del obrero: El Gobierno de España, amparado en una
Constitución capitalista y jacobina, que permite leyes antiobreras y deleznables
para con el pueblo.
Segundo, el Gobierno del Principado, sucursal de los
tecnócratas de Madrid, para desvalijar a las familias astures, gracias al
clientelismo, impuestos desmesurados y las manutenciones de una casta política
enferma y descastada.
Tercero, la Unión Europea, responsable directa de la
desaparición del campo asturiano, el principal patrimonio de Asturias sin duda
alguna (mucho más que la mina o el metal). El mundo agrario asturiano es la
base de nuestra identidad como pueblo: el campo nos ha dado el habla, la
cosmovisión, la mitología, el afán guerrero, el amor a la naturaleza… La mina,
la pesca, el comercio todo ello estructura y vertebra Asturias, pero nada como
el campo: pueblos abandonados, campos sin labrar, maleza… todo ello gracias a
las cuotas agrarias y lácteas gestadas en Bruselas para ayudar a países de
economía naciente… Nosotros no tenemos ese concepto de solidaridad europea, o
por lo menos yo no la tengo.
Y cuarto y último, las instituciones del Nuevo Orden
Mundial. Élites perfectamente coordinadas que controlan y gestionan todo el
capital mundial a su antojo, tejiendo poco a poco una globalización diabólica,
un mundo gris, ateo y materialista, basado en el mercantilismo y la
desaparición de las patrias, de las identidades; dando paso a una república
mundial, lo que los Rockefeller, Rolstrich, los Bush llaman “Estados Unidos de
la Humanidad”, una realidad artificial, basado en los principios universalistas
de la masonería.
Hemos enumerado los culpables de la crisis y de la situación
que vivimos, pero no hemos señalado al principal culpable: nosotros mismos. Sí,
la trágica situación que se nos presenta a día de hoy sólo tiene un
responsable, que es el propio pueblo; bien es cierto que gracias a la
alienación que tejen los medios de comunicación y la cultura imperante, progre
y relativista impiden a los españoles despertar. Pero nosotros que estamos hoy
aquí en el parque Jovellanos de Mieres, que nos consideramos personas con
criterio propio debemos tener consciencia de que es nuestro momento, tenemos
que despertar al pueblo, para eso debemos acercarnos al pueblo y presentarle
una imagen digna y saludable, para que nos escojan como alternativa. Podemos y
debemos. Huyamos de la marginalidad, del macarrismo, de las tribus urbanas, de
la violencia sin razón. Hagamos acción social, hablemos con la gente,
distribuyamos octavillas, sólo así podremos ganar la confianza de los nuestros
y alejarnos del oscurantismo y los tópicos, que crean nuestros detractores y
que gracias a la actitud de muchos de nuestros camaradas siguen sobre nosotros.
No tengáis miedo de llamaros socialistas, corporativistas o
sindicalistas; tended la mano al minero, al obrero, al estudiante… Burgués no
es aquél que tiene gran capital en su haber sino que es una actitud vital. Burgués
podemos ser cada uno de nosotros mismos con la renuncia, el consumismo, el
egoísmo… … Debemos formar parte de un renacer escuadrista, de un alquimia
basada en la destrucción de la riqueza improductiva, teniendo de norte la
Hispanidad y el buen hacer.
Para terminar, ya que estamos en la plaza del pensador
asturiano por excelencia, Gaspar Melchor de Jovellanos y dado que la situación
lo requiere, voy a decir una frase suya, que a ver si por ventura llega a oído
de las hordas antifascistas mierenses: “Admiro a quien defiende la verdad y se sacrifica por sus ideas, pero no
a quienes sacrifican a otros por sus ideas”
Muchas gracias.".
J.M.J.
Texto segundo.
En primer lugar y en nombre de la asociación Asturies Non Conforme, mostrar nuestra
más sincera y absoluta solidaridad para con los trabajadores de Suzuki, los de
Chupa Chups, la fábrica de armas de Trubia, todo lo referente al sector naval y
las amenazas del empresario indio de cerrar el horno de Aceralia. A todas
luces, se trata de un panorama totalmente desolador para cientos de miles de
familias españolas. Debemos añadir también que la situación actual en nuestro
país sigue cayendo en picado a causa de los recortes y no tiene visos de
mejorar en un futuro próximo.
El trabajador ha perdido gran parte de los derechos sociales
conseguidos tras décadas de lucha y el mercado laboral en la actualidad se rige
ya no en términos como “convenio” o “negociación salarial” sino en “es lo que
hay” y en “lo tomas o a la calle”.
Todas las reformas laborales que ha llevado a cabo este
gobierno, al igual que las tomadas por su predecesor, en un ejercicio de
surrealismo laboral sin precedentes, para favorecer el empleo han abaratado el
despido.
Según una encuesta del Centro
de Investigaciones Sociológicas, el 81% de los españoles cree que el paro
está entre los 3 principales problemas de España. No es de extrañar, los
números y porcentajes son realmente escandalosos. Las cifras, hoy, suenan en torno
a 6.200.000 parados, es decir, más de un 27% de la población activa. El pueblo
sigue dormido y los políticos y banqueros regocijándose en su dolor.
Pese a ello, los principales partidos políticos permanecen
con una pasividad absoluta. Desde el comienzo de la crisis, a finales de 2007,
tanto PP como PSOE han seguido la hoja de ruta marcada por la Unión Europea.
Una Unión Europea al servicio de las grandes fortunas. Esas aristocracias económicas
dirigen el destino de los ciudadanos, perdiendo el pueblo la soberanía que le
corresponde. Dichas élites están imponiendo un sistema mundialista donde han dejado de existir las
fronteras; tanto para personas, como para mercancías. Han convertido a las
personas en números, en simples máquinas de producción y consumo. Han
conseguido que la brecha entre ricos y pobres haya aumentado un 30% desde el
comienzo de la crisis. Continúan pues, ejerciendo la misma guerra que han
ejercido en el pasado siglo, camuflada
por sus medios de manipulación, y no es otra, que la guerra de la
plutocracia, de la usurocracia contra el trabajador.
Los sindicatos, cómplices, siguen jugando al gato y al ratón
con la derecha liberal y no han identificado ni denunciado los problemas del
mercado laboral español. Problemas como la deslocalización industrial y las
corrientes migratorias. Sus perspectivas
e intereses son otros muy diferentes. Nos continúan prometiendo la “liberación
del trabajador”, pero esa liberación, inevitablemente, pasa por pasar a
engrosar sus batallones comunistas, socialistas e incluso anarquistas, pero eso
sí a la hora de trabajar, mejor que lo haga el vecino, que a “sus amigos” ya
les buscan chollos para mangonear y robar.
A la hora de recibir subvenciones, son los primeros: como dato a tener
muy en cuenta, sólo en 2011 recibieron 18.386.346 euros del Estado, o de lo que
es lo mismo, de todos los contribuyentes: de nosotros. Donde los más
afortunados son Comisiones Obreras y UGT. Incluidos en este derroche, como no,
los sindicatos separatistas y antiespañoles.
La deslocalización sigue un eje horizontal, llevándose la
producción a países asiáticos donde los trabajadores padecen unas condiciones
de semi esclavitud y en los cuales no se respeta ninguna legislación
medioambiental. Productos que posteriormente serán vendidos en nuestros
mercados, creando una competencia desleal. Como en Bangladés que se cobra 30
euros mensuales en el mejor de los casos, como se ha visto estos días en los
medios de comunicación por el trágico accidente. No he escuchado a ni un solo
dirigente sindical exigir la creación de unos aranceles a esos productos
fabricados con mano de obra esclava.
Por otra parte, el afortunado que posee un puesto de
trabajo, -porque hoy en día es un afortunado-, ha de producir más y a un menor
coste o rápidamente será sustituido, ya que existe un mercado laboral saturado.
Un mercado que jamás ha bajado del 8% de parados y sin embargo nuestros
políticos han abiertos nuestras fronteras a 7 millones de inmigrantes. Y no lo
han hecho por humanidad, ni para cubrir puestos que los españoles no querían,
ni para pagarnos las pensiones (como se solía escuchar), lo han hecho con la
intención de que los salarios se mantuvieran bajos y así sus beneficios altos.
Hoy 1º de Mayo no
tenemos absolutamente nada que celebrar. Hoy es un día para reivindicar y para
luchar. Para luchar por aquello que creemos justo. De acabar con las
pretensiones de aquellos que se enriquecen a base del verdadero trabajador y
propagan una falsa lucha de clases que ha llevado a nuestro pueblo a la mayor
de las vergüenzas conocidas, que le ha llevado a autoconvencerse de su falsa
vulgaridad. Estamos aquí para denunciar a la izquierda retrógrada y traidora y
defender al trabajador honrado, libre e incorruptible. Ellos siguen insistiendo
en la enfrentadora lucha de clases; nosotros en el entendimiento entre patrón y
obrero. Como también nos posicionamos contra el capitalismo salvaje y
deshumanizante. Ambos sistemas son culpables de la miseria de los pueblos.
Ha llegado la hora de demostrar a nuestros dirigentes que
los españoles tenemos voz, que la gran mayoría de nosotros no estamos
representados por unos sindicatos vendidos, subvencionados a fondo perdido y
que no luchan por nada que no les rente beneficio económico. Si nosotros no
luchamos por lo nuestro nadie lo hará.
Debemos exigir a nuestros políticos que tomen las medidas
necesarias para que la juventud asturiana tenga un futuro en su propia región.
Conminamos al gobierno y a las diversas instituciones que pongan freno a la
oleada migratoria y de productos alóctonos, exigimos que fomente el consumo
local y sostenible.
Nuestros políticos basan sus decisiones únicamente en los
deseos de quienes los manejan, la banca europea, el gobierno alemán y todos los
intereses que representan olvidándose siempre de nosotros, los españoles. Somos
quienes debiéramos de preocuparles y por quienes tomar las decisiones que mejor
nos representasen.
No es así, y teniendo claro el que nunca nos representarán,
hoy se hace imprescindible más que nunca el movimiento de las bases
trabajadoras, la movilización en todos los estratos sociales reclamando nuestros
derechos, exigiendo lo que en conciencia nos pertenece más allá de acuerdos
globales o intereses financieros.
Ha llegado la hora de dejarnos oír, de tomar las calles
pacíficamente pero con contundencia, teniendo claro que nadie nos ha regalado
nunca nada, y si hemos trabajado en un pasado, hemos luchado por unas mejoras y
beneficios que ya son nuestros, nadie, por muchas corbatas de Armani que gaste
o mariscadas se ofrezca, tiene potestad para arrebatárnoslos ya que ha sido su
pésima gestión económica y laboral la que ha causado esta situación que
únicamente los trabajadores padecemos.
También queremos denunciar la apropiación por parte de las
organizaciones de extrema izquierda de las reivindicaciones sociales y
laborales. La lucha social no es patrimonio suyo, como tampoco la bandera
española lo es de la derecha. Somos nosotros quienes exigimos la prioridad en
todos los ámbitos para el trabajador español, para la gente de casa. Y lo
decimos bien claro, sin avergonzarnos, porque somos nosotros quienes luchamos
por los nuestros y los nuestros forman la España que amamos y defendemos. Y no
vamos a ceder ante las amenazas, los chantajes o la violencia de la izquierda
totalitaria y antidemócrata.
Contra la derecha por antisocial, burguesa y reaccionaria. Contra
la izquierda por apátrida y amoral."
R.C.A.
¡¡PUXA ASTURIES!!
¡¡ARRIBA ESPAÑA!!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar