Puede que la niebla no nos deje ver y que el orbayu nos haya calado las neuronas, pero aún así somos capaces de pensar por nosotros mismos y de ser...
Los ojos en un mundo de ciegos
Los oídos en un mundo de sordos
La voz en un mundo de mudos
Capaces de ser la voz en el pueblo y el grito en el cielo
Y al conservar ciertos sentidos acabamos perdiendo la cabeza y convirtiéndonos en locos en un mundo de cuerdos
H.R.
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