«Esos que veis que maniatados llevan
Al bello Prado, que el placer formó,
Son los primeros corazones grandes
En que su fuego libertad prendió.
Vedlos cuán firmes a la muerte marchan,
Y el noble ejemplo de morir nos dan;
¡Sus cuerpos yacen en sangrienta pira!
¡Sus almas libres al Empíreo van!
Por mil heridas sus abiertos pechos
Oíd cuál gritan con horrenda voz:
¡Venganza, hermanos, y la madre España
Nunca sea presa de invasor feroz!
Entre las sombras de tan triste noche
Este gemido se escuchó vagar:
Gozad en paz, ¡oh, del suplicio gloria!
¡Aun brazos quedan que os sabrán vengar!»
Al bello Prado, que el placer formó,
Son los primeros corazones grandes
En que su fuego libertad prendió.
Vedlos cuán firmes a la muerte marchan,
Y el noble ejemplo de morir nos dan;
¡Sus cuerpos yacen en sangrienta pira!
¡Sus almas libres al Empíreo van!
Por mil heridas sus abiertos pechos
Oíd cuál gritan con horrenda voz:
¡Venganza, hermanos, y la madre España
Nunca sea presa de invasor feroz!
Entre las sombras de tan triste noche
Este gemido se escuchó vagar:
Gozad en paz, ¡oh, del suplicio gloria!
¡Aun brazos quedan que os sabrán vengar!»
No hay comentarios:
Publicar un comentario