miércoles, 7 de marzo de 2018

8 DE MARZO, 8 RAZONES

1. Ninguna de las mujeres que harán huelga ha sido jamás discriminada laboralmente por ser mujer. La ley reconoce la igualdad entre hombres y mujeres. Si en algún puesto de trabajo se diera discriminación por razón de sexo, existen multitud de bufetes y asociaciones que se ofrecen gratuitamente a llevar el caso a los tribunales. Por el contrario, los casos de discriminación positiva hacia nosotras están normalizados por ley. Es decir, en muchos casos, tenemos privilegio sobre el hombre.
2. Ninguna de las mujeres que harán huelga cobra menos por ser mujer. Incluso las divas de los medios de comunicación cobran más que sus compañeros de profesión. La llamada brecha salarial es una leyenda urbana amañada por el feminismo. No existe ningún puesto de trabajo, en ningún convenio, en el que, con las mismas funciones, las mismas horas trabajadas y la misma antigüedad, un hombre cobre más que una mujer por el simple hecho de haber nacido con un cromosoma Y.
3. Las mujeres que harán huelga hablan de cánones de belleza femenina inalcanzables por culpa del heteropatriarcado. Como si el ideal de belleza masculina fuera Oriol Junqueras.
4. Dejar de cuidar a nuestros hijos y mayores por la chorrada de la huelga no es activismo, es tener poca vergüenza. El cuidado de los hijos y demás familia no es una condena. Resulta sorprendente que para el feminismo sea más importante trabajar a jornada completa que poder educar a nuestros hijos de manera presencial y no delegando en guarderías, colegios y clases extraescolares.
 5. Afirmar que el trabajo doméstico no es visible es despreciar el sacrificio de nuestras madres y abuelas. El trabajo en el hogar ha de ser siempre compartido de forma coherente. No tiene mucho sentido que si uno de los componentes de la pareja trabaja 12 horas diarias en un andamio y el otro 8 horas en una oficina, ambos se dediquen por igual a las tareas domésticas.
6. Algunas de las mujeres que harán huelga ya hacen el ridículo solitas, sin necesidad de que las demás apoyemos sus taraduras. Publicar carteles llevando bragas en la cara, proponer no comprar tampones el día 8, las “piketas informativas no mixtas” y las merendolas antipatriarcales podían parecer llamativas los primeros 5 segundos, pero a estas alturas sólo pueden dar vergüenza ajena.
7. La violencia hacia la mujer no desaparecerá imponiendo leyes que discriminan al hombre. La violencia sobre las mujeres no es la base de la cultura europea, pero sí resulta evidente en otras culturas que el feminismo se afana en recibir con los brazos abiertos. El feminismo desprecia abiertamente a todos los hombres heterosexuales europeos. Ese mismo desprecio sería delito de odio si estuviera dirigido a todos los inmigrantes, por ejemplo.
8. Como madre y mujer trabajadora no puedo ni quiero identificarme con este feminismo mientras no exista ni un colectivo feminista que reclame una baja maternal y unas medidas de conciliación familiar aceptables. El uso de la copa menstrual y el lenguaje inclusivo son mucho más importantes para estas revolucionarias de Twitter que la sostenibilidad de la familia.


Ana Pavón
www.despiertainfo.com



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