martes, 9 de noviembre de 2010
"¡Vosotros no sabéis por qué me matáis! ¡Yo si sé por qué muero: por que vuestros hijos sean mejores que vosotros!"
No murió increpando a sus asesinos ni lamentándose de su mala suerte, sino ofrendando su sangre para que fecundara la tierra española y para obtener del Señor que bendijera y llevase al recto camino a los hijos de sus verdugos.
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